El concepto de Panóptico, nacido en el siglo XVIII, ha evolucionado hasta convertirse en una vigilancia digital omnipresente que nos observa constantemente sin que lo sepamos, desde las plataformas que controlan lo que consumimos hasta los teléfonos que rastrean nuestros movimientos. En un mundo donde las grandes corporaciones filtran la información que vemos y oímos, nos hacen creer que somos libres al consumir contenido, cuando en realidad nos están manipulando y censurando. A pesar de esto, aún es posible resistir este control tomando medidas como proteger nuestra privacidad digital con herramientas como GrapheneOS, explorar fuentes alternativas de información, y no depender completamente del sistema financiero digital. La clave está en despertar y tomar decisiones conscientes para recuperar nuestra libertad individual frente al panóptico digital.
Los algoritmos, lejos de ser imparciales, reflejan los intereses de quienes los programan y los financian. Las grandes corporaciones tecnológicas, en colaboración con gobiernos, han convertido estas herramientas en mecanismos de control, restringiendo la libertad de expresión y moldeando la percepción pública. Bajo la excusa de combatir la desinformación, se censuran voces disidentes y se impone una única narrativa aceptable. Esta manipulación no solo limita el pensamiento crítico, sino que también genera una sociedad pasiva y conformista. Ante este panorama, es urgente exigir transparencia, descentralización y rendición de cuentas en el desarrollo y aplicación de estas tecnologías.
La Agenda 2030, presentada como un plan para un futuro sostenible, podría estar allanando el camino hacia una sociedad homogénea y fácilmente manipulable. A través del control de la narrativa, la censura de voces críticas y la vigilancia digital, se están limitando las libertades individuales en nombre del bienestar colectivo. La digitalización y la centralización del poder favorecen un sistema donde la privacidad y la autonomía quedan subordinadas a intereses globalistas. ¿Estamos realmente construyendo un futuro mejor o encaminándonos hacia una prisión global disfrazada de progreso?