Las monedas digitales de bancos centrales (CBDC), como el euro digital, representan una amenaza silenciosa a la libertad financiera. Aunque se presentan como una evolución del sistema monetario, su control centralizado podría implicar la trazabilidad total de las transacciones, la confiscación de fondos y la caducidad de activos. A diferencia de las criptomonedas descentralizadas, las CBDC permiten a los gobiernos monitorear y censurar el acceso a nuestro dinero, convirtiéndonos en prisioneros de un sistema digital que pone en peligro nuestra privacidad financiera. ¿Estamos dispuestos a sacrificar nuestra autonomía económica por una falsa promesa de eficiencia?